¿Y si ahora nos vamos a otro país?
Escrito por Cristián Urzúa

Cuando uno sube un cerro por primera vez y llega a la cima, es muy gratificante ver todo desde la altura. A veces uno no logra llegar a la cumbre, otras se llega lleno de heridas y rasguños por haber elegido mal el recorrido. Personalmente he subido algunos cerros en que pienso que jamás los volvería a subir y otros en que ya en la cumbre estoy pensando en los aprendizajes que de seguro me harán subirlo nuevamente en mejores condiciones y llegar a la cumbre sin tantos daños (elegir otros caminos, llevar más agua, etc).


Y empiezo con esa analogía porque, si hay algo que me ha marcado en mi vida es crear empresas desde cero. En Chile, un 58% de las personas declara su intención de emprender en los próximos 3 años[1]. En ese camino, uno se enfrenta a muchos desafíos e historias de éxitos y fracasos. Entre estos últimos es que me tocó ser parte de una empresa en que me fue muy mal económicamente. Y, mirado en perspectiva, ese ha sido el mejor MBA que pude tener. Una experiencia en que estás repleto de dificultades económicas, pero en que al mismo tiempo debes ser creativo para reinventarte; y donde aprendes a valorar a los buenos socios, a ser valiente, decidido y resuelto, pero precavido al mismo tiempo. Y muchas más cosas que, entre tantas historias, dan para otra columna y más.


El año 2016 ya llevábamos 9 años de historia en Grupo SUD con Alta, Modo[2] y Sud Producciones[3] y, si bien estábamos con muchos proyectos en Chile, teníamos la inquietud y las ganas de estar en otro país. Nos parecía algo muy entretenido, interesante de explorar y, por sobre todo, muy desafiante. El hecho de que ya trabajásemos con más de 50 marcas en Chile, pensábamos que nos podría abrir muchas puertas. Empezamos con SUD hace 4 años ya en Perú (hoy estamos con MODO y ALTA también) y siempre seguimos aprendiendo muchas cosas y “editando” aprendizajes antiguos. Así que les comparto hacia abajo algunas cosas que nosotros hemos ido entendiendo hasta hoy y que de seguro tendremos como base para los próximos países a los que lleguemos:


  1. Entender muy bien los temas laborales y legales antes de empezar. Muchos países tienen exenciones o reglas que favorecen los emprendimientos. Si uno se instala sin conocerlos, por defecto se toman caminos que son muy costosos y que pueden ser muy rígidos. En Perú, por ejemplo, existe la posibilidad de acogerse a regímenes tributarios y laborales especiales para empresas nuevas y que son muy beneficios en comparación con el régimen general.
  2. Reunirse con compatriotas (que tienen tu misma idiosincrasia) que ya hayan hecho el recorrido. Esto es importante porque, si bien podemos no estar tan lejos físicamente y hablar incluso el mismo idioma, cada país tiene su idiosincrasia y la perspectiva de alguien que hizo el camino (desde un ángulo parecido al de uno) ayuda a entender las cosas desde una misma mirada. Además, te llenan de tips e ideas.
  3. Visitar posibles clientes y agencias.
    1. Intentar hacerse un panorama de cómo le va a tus posibles clientes, qué necesidades tienen y con qué proveedores trabajan
    2. Esto último ayuda también a hacerse un panorama de los competidores relevantes y poder analizar lo que hacen, qué servicios entregan y dónde están las oportunidades
  4. Nunca forzar a que la gente sea como uno está acostumbrado. Es un esfuerzo tremendo, agotador y totalmente en vano. Estar en otro país implica estar dispuesto a aceptar y valorar lo distinto; ser flexibles y encantarse con las diferencias culturales. Jamás querer cambiarlas.
  5. Embarcarse bien acompañado. Esto es fundamental e implica tener buenos socios, buenos proveedores, tener diversidad de talentos en el equipo y saber entusiasmar a distintas personas para que se suban a este barco en que se debe remar con muchas ganas y entusiasmo. Dedicar tiempo a entusiasmar y a entusiasmarse, es fundamental.
  6. Tener paciencia, saber perder y considerar ambas cosas en el presupuesto.
  7. Tener primero los pies firmes y bien puestos en tu país de origen antes de irse a otro. Si no es así, sumar esfuerzos para levantar negocios en ambos países, puede ser algo realmente titánico.
 

Internacionalizarse no es un camino fácil, pero está lleno de gratificaciones, aprendizajes y experiencias novedosas. La digitalización es una oportunidad para expandirse y multiplicar las opciones de éxito. Porque cada vez hay menos excusas para salir de la zona de confort en un mundo tan tecnológico y globalizado. Si no resulta la internacionalización, la experiencia lograda sin duda será una ganancia para toda la vida.


Cristián Urzúa Baquedano

CEO

Grupo SUD


[1] Global Entrepreneurship Monitor – año 2019

[2] www.somosmodo.com

[3] www.sudproducciones.com